sábado, 27 de junio de 2015

A Jesús Perezagua, Alcalde de Yuncos

Aunque, como dice el maestro Joaquín Sabina en su canción Con dos camas vacías (2002), "ni me caso con nadie, ni me pongo amuletos" en lo que a política se refiere, hubo en Yuncos un Alcalde (PSOE) que, aunque únicamente prestó sus servicios durante una legislatura, por su contribución al municipio y por su forma de gobernar (jornadas de trabajo interminables y sin sueldo), bien mereció unos versos, a modo de agradecimiento, y extensibles a todo su Equipo:


Tuvo Yuncos un Alcalde,
como no hubo parangón,
era enfermero de oficio,
político de vocación.
De la izquierda moderada,
del partido de la rosa
y del puño de Felipe...
aunque él era otra cosa.

Cuatro años le bastaron
para a todos demostrar
lo que con poco dinero
puede llegarse a lograr:
la Casa de la Cultura,
el Consultorio también
y otras obras que se hicieron
que fueron de merecer.

No va a ser un servidor
quien le alabe por su obra,
pues hablando de Jesús,
todas las palabras sobran.
Era serio y reservado,
oposición se ganó,
pues dicen que no saludaba,
ni tampoco decía adiós.

Con sus libros aprendimos,
pues varios él escribió,
dio conocimiento al pueblo
y a la cultura empujón.
Y proporcionó servicios,
proyectos finalizados,
y lo que no le dio tiempo
lo traspasó apalabrado.

Yo no sé si ya tendremos
Alcalde de tal condición,
puede que quizá algún día...
ahora es sólo una ilusión.

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